De Ruta por Cataluña... Lleida - Tarragona

Ayer fue un día bastante intenso. Inicialmente el plan era ir hacia Lleida a resolver unas dudas sobre la Matrícula del próximo curso y volver para casa.

Sin embargo, cuando íbamos a volver, mi padre nos propuso a mi madre y a mí a ir a dar una vuelta por Tarragona para pasar la tarde. Como hacía un año que no íbamos para allí, pues nos gustó el plan… pero claro, las propuestas a veces no son gratuitas.

Mi padre siempre está insistiendo en qué conduzca, que coja el coche, etc… pero a mí no me gusta conducir… me pone nervioso y tenso. Muchas veces, cuando mi padre me iba a buscar a Lleida por las noches cuando salía de la Universidad, me hacía conducir el camino de vuelta (Lleida – Vilanova del Camí). Por la noche se conduce bien; las calles de Lleida desiertas, la carretera prácticamente sin camiones, y en general, un camino tranquilo.

No obstante, ayer me quiso “Poner a Prueba”. Me dijo que condujese yo. Después de pensárselo unos instantes, finalmente escogió una de las rutas más chungas…

La ruta fue: desde Lleida centro hasta la Panadella (por la A-2). Ahí cogí la carretera hacia Santa Coloma de Queralt (B-221/L-221). Una vez en Santa Colma, nos dirigimos dirección a Montblanc por la C-241 (más curvas y estrecheces imposible…). Finalmente llegando a Montblanc, cogí la N-240 dirección a Tarragona. Una vez en la ciudad, unas cuantas vueltas por el centro y a la playa.

Por la noche, me hizo conducir también de vuelta a casa, desde Tarragona centro por la N-340a (la que pasa por los pueblos) dirección Vilafranca y de allí hasta Vilanova del Camí.

Como conclusión puedo corroborar que no me apasiona conducir (he acabado con agujetas en todo el cuerpo…) ¡pero al menos llegué al destino! (En el mapa que hay en la imagen del post podéis ver la ruta).

Por otro lado, antes de concluir el post de hoy, quisiera comentar algo más. Mientras circulaba por la L221, empezaron a aparecer grandes cortinas de humo. En cuestión de dos minutos, pudimos ver ambulancias, camiones de bomberos, vehículos parados y unas enormes llamas en uno de los lados de la carretera…. un nuevo incendio estaba devorando la naturaleza.

Este año, sin duda, es un año lleno de desastres… la ventolera de enero que causó muchos daños (particulares y naturales), las grandes granizadas que van cayendo de manera inesperada, y ahora los devastadores incendios… que avanzan sin compasión por doquier, dejándose guiar instintivamente por el viento, sin mirar si lo que tocan es una planta, una roca, un animal o una persona.

Siempre que veo una noticia sobre incendios me siento totalmente impotente. Me pongo en el pellejo de las personas que tienen que abandonar su hogar sin saber si volverán; y de los bomberos que tienen que meterse en la boca del infierno… realmente a veces pienso que me quedaría paralizado, presa de un pánico horrible; una desconexión mental a lo Matrix.

Sin ir más lejos, el incendio de Horta de Sant Joan en Tarragona es un claro ejemplo del poder devastador del fuego y de su comportamiento impredecible; lo que ha provocado la muerte 5 de los bomberos más preparados en la extinción de incendios. Desde aquí le manado condolencias a sus familias, compañeros y amigos.

Los incendios pueden estar provocados por causas naturales (como es el caso del de Tarragona que ha sido provocado por un rayo según ha informado hoy la Generalitat de Catalunya) o por causas provocadas. He de decir que desprecio enormemente a esa gente que se cree Dios (o más que Dios; se creen Diablos) cuando encienden una cerilla y desean ver arder todo su alrededor; esos pirómanos no son nadie, son basura, ni personas ni animales; pura basura que disfruta viendo sufrir y destruyendo todo lo que tocan. ¿No llegará el día que antes de provocar un incendio se corten las manos? En fin...

Pues nada más por hoy. En unos días os explicaré más cosas. Por el momento, esta tarde estaré por Barcelona y mañana también, ya que se celebra el Meeting Ciutat de Barcelona y como ya os expliqué, estoy de voluntario.

¡Que paséis un buen día!