Las 03:33 am
>> lunes, 14 de mayo de 2018
Las 03:33 am. Una hora marcada por todos los relojes, todos los días, todos los años. Una hora que para muchos pasa desapercibida mientras estamos navegando por los sueños más profundos guiados por el subconsciente. Es una hora como cualquier otra, pero hoy no es la misma de siempre, hoy es diferente.
Despertarse a una hora inusual te pone en alerta; te hace ver que algo no va bien. Esa señal inequívoca que te indica que has de pararte y escucharte a ti mismo, escuchar a tus pensamientos. Para mí estas horas son las más creativas. El silencio, la calma y la paz que reina a mi alrededor me ayuda a reflexionar y poner en orden mis pensamientos. Temas que me ofuscan durante el día y problemas que parecen no tener salida, se ven diferentes cuando dejas que la calma se apodere de ti. El silencio te ayuda a ver, a sentir y a entender aspectos que parecen insuperables durante el día, pero que al final son insignificantes.
Vuelvo a mirar el reloj, las 03:38 am. Solo han pasado cinco minutos desde que mi mente ha pedido oxigenarse y ya veo las cosas más claras que antes. ¿Por qué no tendremos estos momentos místicos durante el día? ¿Por qué nos cargamos de negatividad durante horas y no aprendemos a descargarla o convertirla en energía positiva?
Sin saber muy bien por qué, dejo hacer a mi cuerpo lo que me pida en ese momento. Me entran ganas de escribir y me pongo a ello. A veces frases sin sentido; ideas que podrían ser grandes historias; o preocupaciones que podrían convertirse en soluciones a otros problemas. ¿En qué nos está convirtiendo esta sociedad? ¿Por qué vemos como raros esos pequeños momentos de paz en que hacemos lo que nos apetece?
Las 03:59 am. Las cuatro están a punto de invadir al reloj. Solo han sido unos minutos, pero suficientes para recargar pilas y poner en orden mis pensamientos. Ahora, voy a reconectar el piloto automático para que mi subconsciente vuelva a elegir rumbo y me guie hasta el nuevo día.
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