Involución invisible
>> martes, 14 de noviembre de 2017
Meses que agrupan semanas; semanas que recopilan días; días que suman horas; y horas que esconden segundos… el tiempo pasa rápido, pero a veces no lo suficiente.
Desde hace tiempo, demasiado, vivimos en una tensión continua, innecesaria, que parece que esté subvencionada por las altas esferas para ocultar otros temas más importantes. ¿Qué temas? Pues no lo sé. Lo que sí sé es que estando en el año que estamos, 2017, es decepcionante ver que no puedes expresar tu opinión de manera libre sin que otra persona se ofenda, te juzgue, te insulte o peor, te deje de hablar. Conocidos, amigos, familias… muchas personas enfadadas entre sí por un juego que se traen unos pocos. Un juego escaso, marginal, pero que ha conseguido hacer que muchos entren en él, sin saber muy bien las reglas, el objetivo del mismo, ni donde está la meta.
En poco tiempo los valores de muchas personas se han visto cuestionados. En un mundo que parecía ¿libre? ahora se apuesta por el silencio. Es mejor callar y autocensurar temas para evitar conflictos innecesarios con tu entorno.
¿Tanto cuesta escucharse, abrir la mente y contemplar que todos vivimos en el mismo rincón del universo? ¿Qué manía incesante tiene el ser humano con ponerse piedras en el camino, crear barreras entre ellos mismos y auto aniquilarse simplemente por tener diferentes puntos de vista? Es una pena no poder ir con tu verdad por delante y escuchar la verdad de los demás sin necesidad de entrar en conflicto.
No me gusta hablar de política, ni de religión, ni de esos temas que solo consiguen crear diferencias entre nosotros mismos para beneficiar los intereses de unos pocos. Pero la verdad es que ya estoy cansado y sin fuerzas para seguir aguantando el mismo tema cada día. El no poder decir que eres de un territorio concreto por miedo al rechazo, a las miradas, a las críticas… El no poder tener un negocio sin miedo a que al político de turno se le crucen los cables y provoque un conflicto entre iguales que lo pongan en peligro… todo esto es lo que hemos ganado.
Hemos vuelto hacia atrás, y sin necesidad de un Delorean ni de una Tardis… y esto sí, perdonarme que lo diga, es muestra de una involución cada vez más grande y en la que nadie le presta atención y ni el más mínimo interés.
0 comentarios:
Publicar un comentario