De desconexión por Zaragoza
>> sábado, 7 de octubre de 2017
Hace tiempo que no
actualizo el blog, y esta vez veo la necesidad de hacerlo, como vía
de desahogo, que quizá no interesa a nadie, pero escribiendo se
ordenan los pensamientos, se calman las aguas y las cosas se ven de
otra manera.



Perderse pos sus
calles, algunas con nombres rebuscados. Dejarse llevar por caminos,
unos estrechos, otros más anchos. Ver como la gente pasea, ríe, se
divierte, sin aires de crispación, ni de enfado. Nadie señala a
nadie en la calle, y todos hacen lo que quieren hacer: comprar,
pasear sin un destino concreto, hacer fotos, correr para coger el
bus o en tranvía, esquivar a los vendedores ambulantes, degustar los
productos que te ofrecen en los puestecillos del lado del punte de
piedra o que rodean estos días la plaza del Pilar… o simplemente,
desconectar del día a día.
Espero que en breve
estas escapadas las pueda volver a hacer por puro placer y no con un
motivo de trasfondo como es el de desconectar de mi ciudad,
Barcelona, y de mi tierra, Cataluña; que en el fondo es una pena, y
todo gracias a los políticos que ni se escuchan, ni se respetan.
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