La lluvia

>> martes, 5 de junio de 2018

Lluvia cae. Lluvia se oye. Lluvia se ve. Lluvia se respira. Lluvia se siente. 

Días como el de hoy son aquellos que llenan de paz y de tranquilidad. El agua es vida y esa es la sensación que te deja. Estamos en junio, llueve sobre mojado, a veces de manera dispersa y otras a cubos. 

Las gotas se dejan caer desde la nube hasta el suelo, llenando pantanos, dando de beber a animales y plantas. Esa agua purificadora que limpia el ambiente, la energía acumulada, y la negatividad. Humedad que se lleva los malos aires y que se queda pegada en tu piel mientras miras por la ventana o corres por la calle para ponerte a cubierto. 

Oro líquido que tan necesario es y que solo se valora cuando no se tiene. Por ello y de la nada, le dedico este poema. Para aquellos días en que miramos al cielo y nos preguntamos porqué nos abandona, por qué no llueve.
La lluvia que se ve y se siente 
es agua que cae firme y valiente. 
Corre por los ríos y descansa en los lagos, 
abriendo caminos cortos y a veces largos. 

La humedad en el ambiente le acompaña, 
ya sea en la ciudad o en la montaña. 
A veces con aire, a veces con tormenta, 
con aroma a barro y otras a menta. 

El sol lucha por seguir reinando, 
mientras las nubes siguen volando. 
Todo acaba con la paz de los colores, 
arcoíris que se ve desde todos los rincones. 
 Así pues, dejemos que estos días nos llenen de melancolía, tapados con mata en el sofá o viendo llover tras la ventana. Dejemos que un sin fin de sensaciones se apodere de nosotros mientras la naturaleza hace su trabajo. Dejemos que el agua corra y siga su camino, ya que de ella depende nuestro destino.

1 comentarios:

Joan 11 de junio de 2018, 7:23  

Muy bonito, y el poema también :). La verdad es que es cierto que el agua no se valora hasta cuando escasea o no hay directamente. Como tantas cosas en esta vida.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Visitantes del Blog

  © Blogger templates Shiny by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP